jueves, 6 septiembre, 2018
Opciones laborales, un sólido ambiente de negocios, condiciones socioculturales, conectividad y movilidad, salud y medio ambiente, vivienda y entorno.
Esos son los indicadores que diversas mediciones realizadas por organismos especializados, como la Cámara Chilena de la Construcción, gremio que agrupa a las empresas de la industria, sitúan a Santiago de Chile como una de las mejores ciudades para vivir en Latinoamérica.
La organización The Good Country Index, por ejemplo, afirma que Chile es el mejor país de América Latina para vivir. Entre los múltiples indicadores que analiza, señala que la economía chilena se mantiene estable, con una inflación de 2% en 2017 y un sueldo mínimo de CLP$270.000 (US$426,87).
Y esas fortalezas y atractivos no solo benefician a los ciudadanos chilenos, sino que se han convertido en un potente atractivo para un creciente grupo de personas de diversas nacionalidades que eligen Chile para estudiar, trabajar, hacer negocios y sentar las bases de una nueva vida para ellos y también para sus familias.
Cifras entregadas recientemente por el Gobierno sobre la base del Censo Nacional de Población y Vivienda realizado en 2017, son 1.119.267 los ciudadanos extranjeros que habían llegado a Chile al 31 de diciembre de 2017. Número que representa un 6,1% de la población del país. De acuerdo al desglose efectuado por el Departamento de Extranjería y Migración, el 72,27% de los extranjeros residen en dos regiones: Metropolitana (Santiago) (62,91%) y Antofagasta (9,36%). En cuanto al origen, un 23,8% son de nacionalidad peruana, un 13% son colombianos, un 12% venezolanos, un 11% bolivianos y un 10% haitianos.
Los estudios indican que Chile, y especialmente su capital política y administrativa, Santiago, cuenta no solo con una muy buena infraestructura, sino que tiene uno de los índices delictivos más bajos de la región y cuenta con una economía sólida basada en la minería, la manufactura y la agricultura.
Nuevas legislaciones implementadas recientemente dan cuenta de que, además, se han fortalecido la inclusión laboral y la diversidad en las ofertas educacionales y de empleo. Y que en Chile la valoración de quienes cuentan con estudios profesionales les abre las puertas a mejores remuneraciones y oportunidades laborales.
Los más jóvenes valoran, además, la cada vez más variada oferta cultural, que cuenta con espacios e instancias para la literatura, la música, la pintura y el teatro, así como de la diversidad de un país en el que cada vez conviven varias etnias.
Chile es líder latinoamericano, además, en el crecimiento, alcance y uso de las tecnologías de la información, como parte del desarrollo de su sociedad. Tanto los servicios públicos como la educación tienen en este ámbito una de sus mayores fortalezas.